Cuando los chocolates o coberturas de repostería son llevados en transporte o almacenamiento a temperaturas mayores a las recomendadas (18 – 20 °C) o son expuestos a fuentes de calor, la materia grasa más cercana a la superficie tiende a fundirse y a separarse de la mezcla de sólidos que componen un chocolate. Una vez en la
superficie se solidifica, formando una película delgada y opaca de color claro.
Se recomienda seguir estrictamente las condiciones de transporte y almacenamiento.
Solución:
La única solución es fundir el producto y volver a moldearlo.